martes, 30 de octubre de 2018
lunes, 22 de octubre de 2018
El prudente y el insensato
Para Reflexionar...
Mateo 7;24-27
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Cuando el hombre escucha las palabras de Dios y las pone por obra Jesús le compara con un hombre prudente que edifica su casa sobre la roca y al llegar los vientos y las corrientes no es derrumbada. En cambio, cuando el hombre no escucha sus palabras, ni es hacedor de la misma, Jesús le compara con un hombre insensato que edificó su casa en la arena y al venir los vientos y las corrientes de agua se derrumbó.
Una persona prudente es aquella que piensa acerca de los posibles riesgos que conllevan ciertos acontecimientos y modifica la conducta para no recibir perjuicios innecesarios. En cambio una persona insensata no es prudente y actúa de manera inmadura tomando decisiones apresuradas.
Jesús nos exhorta a ser prudentes y no insensatos, escuchando y obedeciendo lo que él nos ha enseñado mediante su palabra.
viernes, 19 de octubre de 2018
miércoles, 10 de octubre de 2018
Las respuestas sobre la salvación
¿Todos los hombres necesitan la salvación?
Sí... Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gracia de Dios. Romanos 3:23
Ninguna persona puede salvarse por sus propios medios, ni con la ayuda de otra criatura, ya sea en la tierra o en el cielo. Solo Jesucristo salva. Porque la Biblia dice:
- Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4:12
¿Qué significa 'ser salvo'?
Ser salvo es llegar a ser hijo de Dios, recibir el perdón de todos los pecados y hallar la vida eterna.
- Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12
Si Dios dijo que 'la paga del pecado es muerte,' ¿Cómo puede perdonarnos los pecados sin castigarnos?
miércoles, 3 de octubre de 2018
El hombre no puede engañar a Dios
Para Reflexionar...
Isaías 29:13-16 (Peshitta)
13 Entonces Yahweh dijo: Por cuanto este pueblo se acerca con su boca y me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí, y su reverencia a mí es conforme a mandamientos y a doctrina de hombres,
14 por esto, he aquí que yo haré crecer la división entre este pueblo, con prodigios y portentos; la sabiduría de sus sabios dejará de ser, y sus entendidos serán privados del entendimiento.
15 ¡Ay de los que se conducen perversamente a fin de ocultar de Yahweh su maquinación, pues sus obras están en tinieblas, y dicen: "¿Quién nos verá, o quién sabrá por qué nos hemos pervertido?"
16 Ustedes son considerados como barro de alfarero. ¿Acaso dirá lo que ha sido hecho al que lo hizo: "Tu no me hiciste"?; ¿o lo formado dirá al que lo formó: "No me diste forma con destreza"?
¿Como no podrá conocer el alfarero su creación? Dios es nuestro creador, somos la obra de sus manos, él conoce cada detalle de nosotros. El hombre no puede engañar a Dios. Dios conoce la intensión del corazón, él escudriña aún lo más profundo de nuestro ser. Lo que guarda el hombre en su interior no puede ser ocultado, pues se hace manifiesto.
El Señor sabe cuando un corazón está en luz o en tinieblas. El hombre puede honrar a Dios con sus labios, pero estar lejos de él. Dios conoce toda maquinación en el corazón del hombre, él sabe cuando las intensiones no son buenas ni verdaderas. El Señor aborrece la hipocresía en el creyente, él busca corazones limpios, puros, consagrados y humildes. Dios desea ver corazones humillados ante su presencia, reconociendo en todo momento que sin él nos somos nada, y que andemos en la obediencia de su palabra.
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