Para reflexionar...
Una vez un hombre que recolectaba frutos escuchó comentarios negativos de un árbol. Tanta fue su curiosidad que decidió ir por su propia cuenta a ver el árbol. Para su sorpresa descubrió que los frutos de aquel árbol eran buenos y no se comparaban con los que él recolectaba. Así que supo inmediatamente que había sido engañado por los demás recolectores.
Moraleja: Si deseas conocer a una persona no escuches lo que los demás digan de ella. La palabra de Dios es clara... "Por sus frutos los conoceréis". Mateo: 7;20